Las cuatro capas que tienen que ver con tu existencia son: capa etérica, capa emocional, capa mental y capa astral. De ellas encontramos la relación de las máximas expresiones guardadas en nuestro interior, las cuales son:

Capa etérica: Corresponde a la capa siguiente a nuestro cuerpo físico, este manto energético es su protector, impide a los gérmenes patógenos y a los contaminantes penetrar el cuerpo. Esta protección natural significa que una persona no se puede enfermar por causas externas, siempre las causas están en ella misma, pensamientos, emociones negativas o una vida discordante a las necesidades de cuerpo.

Capa emocional: Todo lo que vivimos es un espejo de lo que llevamos dentro, significa que, si sientes rabia, ira, constantemente vivirás y te encontrarás con experiencias de aquello que no está resuelto en ti. Esta capa nos enseña que toda emoción no liberada crece en nuestro interior, vivimos una y otra vez situaciones que se encargan de mostrarnos aquello que debemos sanar.

Capa mental: Debido a las estructuras emocionales no liberadas, esta capa distorsiona la realidad de nuestras experiencias de vida, surgen pensamientos recurrentes negativos, nos dejamos guiar por el enjuiciamiento, caemos en la victimización, nos alejamos de nuestro amor propio, el entendimiento racional se distorsiona creando un problema mental que no somos capaces de manejar limitando las capacidades naturales de nuestro ser.

Capa astral: Es la suma de todas tus experiencias, en conjunto con las dos capas anteriores son las que trascienden cuando dejamos este plano. Esta capa contiene la mayor frecuencia de vibración, ya que, podemos experimentar la unidad interior con la vida, también guarda información relevante de procesos o experiencias de otras vidas no resuelta y que están, muchas veces, guardadas en nuestro subconsciente, impidiendo nuestro desarrollo. Esta capa nos revela quienes somos o que necesitamos para avanzar en este viaje llamado vida.