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Perdonar para sanar

¿Qué pasa cuando perdonamos?

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julio 14, 2024

Conocer otros aspectos de las vivencias que son desconocidos para nosotros nos pone una perspectiva diferente de consciencia, nos abre al perdón que genera en nosotros la completa liberación de la energía asociada a esos recuerdos: ira, culpa, tristeza, desilusión, etc. Todas se vuelven a revivir cada vez que la mente nos lleva de paseo por esos recuerdos dolorosos. El cuerpo, la mente, el espíritu, su mundo holístico completo con todos sus sentidos vuelve a revivir como si fuera la primera vez que se experimenta, un bucle de sensaciones que se irá con nosotros hasta el final de nuestros días, si no somos capaces de enfrentarlo.

¿Cómo se perdona? El perdón, para que se active y libere, tiene que ser genuino; debe estar dispuesto a renunciar a aquello que duele. Puede ser unilateral, no es necesario que se enfrente cara a cara con la persona. No crea que no puede porque quizás esa persona ya no esté en este plano; igualmente se puede perdonar.

Colocarlo desde el observador es una de las tantas técnicas; esto nos va a permitir comprender ciertos aspectos de una historia que conocemos a la mitad. Ese juicio, culpa, desamor se desvanece porque es capaz de comprender que todos hacemos lo menor posible con nuestras pocas herramientas, pero se debe vivir y sentir las sensaciones en el cuerpo para ser liberadas. Desde ese contexto, se libera la carga emocional y se activa la sanación.

Los requisitos para perdonar. Como todo acto de rendición, no necesitan cuestionar, resistirse o tener miedo. Lo que necesita es coraje, la frecuencia del coraje en nosotros lo cambia todo, que se necesita para adquirirlo y sacarlo a flote, que quiera rendirse para ya no llevar esa carga negativa, dejar que la mente lo gobierne o manipule, se deje llevar por el acto más noble, valiente y puro que es rendirse a sus circunstancias. ¿Doloroso? Muchos, pero tremendamente liberador y sanador.

¿Qué consecuencias tiene desprenderse de estas emociones estancadas y dañinas?

Ud. puede cambiar el rumbo de la historia acercándose a su verdadero ser, dejar de ser la víctima de la historia y tomar el papel que le corresponde de protagonista, no más víctima de sus circunstancias, sino tomar el rol de completo empoderamiento desde el amor y comprensión de haber superado un evento traumático, acercarse al amor y ser uno con la vida para encaminarlo hacia su mejor versión. ¿Fácil? Para nada, pero si no lo intenta, estará viviendo las mismas experiencias que lo tienen estancado en una vida llena de recuerdos pasados o temeroso de un futuro que no existe.

Uds. deciden…

Con amor, Niah.